En una procesadora pulverizar las galletas enteras y agregar 300 g de leche condensada.
Pulsar hasta obtener una mezcla de migas húmedas, que se asemeje a una masilla y presionar la mezcla en un molde de tarta desmontable de 25 cm ligeramente aceitado. Refrigerar mientras se hace el relleno.
Enjuagar la procesadora y pulsar el queso crema suave junto con la leche condensada restante y la crema hasta obtener una mezcla homogénea, raspando ocasionalmente los bordes para incorporar todo.
Hidratar la gelatina en el agua y calentar en el microondas en intervalos de 15 segundos hasta derretir. Agregar a la procesadora y pulsar hasta incorporar.
Verter el relleno sobre la masa y refrigerar 2 a 3 horas o hasta que el relleno afirme y se pueda cortar
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